Un reciente estudio fundado por el International Aluminium Institute y elaborado por Michael Stacey arquitecto e investigador de renombre en la universidad de Nottingham describen el aluminio como uno de los materiales con más durabilidad y con cualidades únicas que lo hacen ideal para la construcción de edificios.

Ya hace más de 100 años que el aluminio se utiliza como material esencial dentro de la arquitectura. Uno de los ejemplos más tempranos es el de la Iglesia de St. Edmund en Inglaterra (1895) que presenta en el techo de la capilla paneles de aluminio decorado. Este material es utilizado también en muchos edificios emblemáticos como el Empire State Building en Nueva York, el Hong Kong and Shanghai Bank en Hong Kong o el edificio de las Naciones Unidas en Nueva York.

El aluminio es un metal resistente a la corrosión y a los efectos nocivos de los rayos UV hecho que le garantiza una vida más larga. El proceso de extrusión ofrece una gama casi infinita de formas y secciones que le otorgan una gran flexibilidad. La alta resistencia y peso del aluminio hacen posible el diseño y construcción de estructuras ligeras con una estabilidad excepcional que permiten la creación de ventanas con marcos muy estrechos y de dimensiones variadas, ganando así en el interior de los espacios, el máximo de luz posible.

Gracias a su composición, el aluminio no requiere un mantenimiento exhaustivo salvo su limpieza periódica lo que se traduce en una importante ventaja de costos durante la vida útil de un producto. Es además un metal que puede reciclarse en un solo proceso utilizando hasta un 95% menos de la energía que se usa en el proceso primario de producción.

Según este informe podemos afirmar que el aluminio es un metal muy valorado por todas sus cualidades y beneficios convirtiéndose así en uno de los materiales con más potencial para contribuir a la creación de ciudades sostenibles.

Fuente:

• http://www.world-aluminium.org/publications/
• http://greenbuilding.world-aluminium.org/home.html